El estrabismo es un defecto en el que los ojos no están correctamente alineados, presentando una franca desviación que puede comprometer a los dos ojos y miran en distintas direcciones. Dos de cada 100 adultos pueden padecer de este problema y es todavía más frecuente en niños (congénito) con un índice de cuatro de cada 100 . Esta condición generalmente se adquiere durante la infancia, aunque también puede ser un resultado de afecciones a la tiroides o parálisis de nervios craneales.

Se deben descartar causantes como diabetes, medidas altas de lentes como hipermetropía, enfermedades de tiroides, miastenia gravis, derrames, tumores o malformaciones oculares.

Se puede experimentar la sensación de que los ojos no se mueven juntos y se ven cruzados. Hay una baja percepción de profundidad, visión doble o disminución de visión y dolores de cabeza. Se puede evidenciar una desviación de los ojos hacia adentro, afuera, arriba, abajo o de forma combinada.

Examen oftalmológico en el que se incluye visión, esquiascopia (medidas de lentes), valoración posicionamiento de los ojos, de movimientos oculares, fondo de ojo. En caso de presencia de desviación se emplean prismas para verificar la cuantía (medidas en dioptrías prismáticas) de la misma.

Para tratar el estrabismo se pueden prescribir lentes y parches. También existen ejercicios de terapia visual en los que se hacen actividades para mejorar la coordinación de los ojos. Esta terapia entrena a los ojos y al cerebro para trabajar de forma efectiva, los ejercicios pueden realizarse en casa.

La cirugía también es una opción en los casos que no existe mejoría, con una operación se modifica la posición de los músculos alrededor de los ojos y se necesitará de terapia visual para evitar que la cirugía se revierta. En ocasiones requieren más de un procedimiento quirúrgico para compensar la desviación.